Limpiando en el huerto escolar, Jesús se encontró con una pequeña zanahoria.
- ¡Qué sucia está!
- ¡Qué asco! yo así no me la como
- Es que las zanahorias crecen debajo de la tierra, cuando están grandes, se recogen, se lavan y ya se pueden comer
- Las cosas del suelo no se comen. Yo me como las zanahorias limpias de la tienda.
Con esta lógica aplastante, poco más se puede decir.
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