Lo primero nada más aterrizar en nuestro destino ha sido cambiar nuestros euros por libras para poder llamar a casa desde una cabina para contar cómo nos ha ido el viaje.
Hemos llegado bien, no nos hemos mareado, hemos pillado unas cuantas turbulencias, pero nos ha dado la risa.
¡Muchos besos!
Volveremos en un par de semanas!
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