Nos costó muchísimo celebrar el cumple de Antonio, porque se puso malito el mismo día que teníamos prevista la celebración y, aunque almorzamos a su salud, repartir los globos era cosa suya, así que ¡se quedaron en clase casi una semana hasta que él volvió!
Menuda ansiedad tenían todos, viendo esos globos tan chulis y coloridos y diciéndose, "ea, a ver si se pone bueno y mañana los reparte"
Y como todo pasa, Antonio volvió para regalarnos los globos y su sonrisa.
¡MUCHAS FELICIDADES!
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